11 de noviembre

Escucha La Palabra de Dios para cada día

Primera Lectura

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 16, 3-9. 16. 22-27

Hermanos: Saluden a Prisca y Aquila, mis colaboradores en la obra de Cristo Jesús, que expusieron sus cabezas por salvar mi vida; no soy yo solo quien les está agradecido, también todas las Iglesias de los gentiles. Saluden asimismo a la Iglesia que se reúne en su casa. Saluden a mi querido Epéneto, primicias de Asia para Cristo. Saluden a María, que con tanto afán a trabajado a favor de ustedes. Saluden a Andrónico y a Junia, mis parientes y compañeros de prisión, que son ilustres entre los apóstoles y además llegaron a Cristo antes que yo. Saluden a Ampliato, a quien quiero en el Señor. Saluden a Urbano, colaborador nuestro en la obra de Cristo, y a mi querido Estaquio. Salúdense unos a otros con el beso santo. Los saludan todas las Iglesias de Cristo. Yo, Tercio, que escribo la carta, los saludo en el Señor. Los saluda Gayo, que me hospeda a mí y a toda esta Iglesia. Los saluda Erasto, tesorero de la ciudad, y Cuarto, el hermano. Al que puede consolidarlos según mi Evangelio y el mensaje de Jesucristo que proclamo, conforme a la revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora mediante las Escrituras proféticas, dado a conocer según disposición del Dios eterno para que todas las gentes llegaran a la obediencia de la fe; a Dios, único Sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

Salmo responsorial 144, 2-5. 10-11

R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey.

Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. Grande es el Señor, merece toda alabanza, es incalculable su grandeza / R.
Una generación pondera tus obras a la otra, y le cuenta tus hazañas. Alaban ellos la gloria de tu majestad, y yo repito tus maravillas / R.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles. Que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas / R.

Aclamación antes del Evangelio (2Co 8, 9)

Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecerlos con su pobreza.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 16, 9-15

“Si no fueron fieles en la riqueza injusta, ¿Quién les confiará la verdadera?

En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: “Gánense amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando les falte, los reciban en las moradas eternas. El que es de fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto. Pues, si no fueron fieles en la riqueza injusta, ¿Quién les confiará la verdadera? Si no fueron fieles en lo ajeno, ¿lo de ustedes, quién se lo dará? Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No pueden servir a Dios y al dinero”. Los fariseos, que eran amigos del dinero, estaban escuchando todo esto y se burlaban de Él. Y les dijo: “Ustedes se las dan de justos delante de los hombres, pero Dios conoce sus corazones, pues lo que es sublime entre los hombres es abominable ante Dios”.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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