1 de agosto

“Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será al final de los tiempos”

(Mt 13, 36 – 43)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Jesús con esta parábola invita a sus discípulos a que centren su mirada en el acontecer del Reino en medio de ellos, sí queridos hermanos, el Reino de Dios está y crece en el mundo y en todas las dimensiones de la vida.

Hoy, Jesús quiere explicarnos en qué consiste el Reino; su Reino es como un campo donde la buena semilla es sembrada por el Hijo del hombre, pero también es violentada por el maligno al sembrar la cizaña. Aquí podemos ver muy bien cómo se genera un conflicto entre las fuerzas del enemigo y la Gracia de la redención que Jesús siempre da con gratuidad.

 

Reflexionemos: El texto nos presenta unos elementos concretos: El campo, la buena semilla, la cizaña, el enemigo, la ciega, los segadores. Tratemos de penetrar en el objetivo que tenía Jesús al explicar a sus discípulos esta parábola y preguntémonos: ¿En tu vida qué prevalece el trigo o la cizaña?

 

Oremos: Señor, enséñanos a ser compasivos y misericordiosos, a discernir el bien del mal, no nos trates como merecen nuestros pecados ni nos pagues según nuestras culpas. Amén.

 

Actuemos: En este día tomaré un poco de tiempo para contemplar la situación social y eclesial y pedirle al maestro divino que nos explique sus enseñanzas, que a partir de hoy sea  un obrero en el campo creado por Dios.

 

Recordemos: Que todos los días Dios nos brinda la posibilidad de adoptar opciones y actitudes que nos indique el camino por dónde caminar a su encuentro.

 

Profundicemos: La palabra de Dios nos da fuerza para obrar según la voluntad de Dios y  dejar de lado todo aquello que nos aparta del camino del Reino.

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