7 de agosto

“Mándame ir a ti sobre el agua”

(Mt 14, 22-36)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Estamos frente a un maravilloso relato, donde el evangelista Mateo nos centra en el tema de la fe y la confianza. El contexto de este relato nos sitúa después que Jesús sació el hambre de una gran muchedumbre. Nos dice el primer versículo: “Después de esto Jesús hizo que su discípulos subieran a la barca para que cruzaran el lago antes que Él y llegaran al otro lado mientras que despedía a la gente.”


Luego el texto nos presenta la imagen de Pedro caminando sobre el agua. Es un evento que nos resulta difícil de comprender y quizás nos cueste penetrar en el mensaje que presenta. Esta imagen hoy nos permite simbolizar nuestro camino espiritual. Pedro solo entra en el agua cuando escucha la invitación de Jesús “ven”. Pedro da un salto a la fe y echa andar. Podemos sentir que hoy Jesús nos hace esta invitación en diversas ocasiones de la jornada.

 

Reflexionemos: La enseñanza que nos deja el evangelio de hoy nos invita a reflexionar la manera de cómo nosotros afrontamos los problemas, las tribulaciones, las crisis, toda la problemática que la vida nos coloca. Al igual que Pedro, nosotros caminamos sobre situaciones límites; pero, mientras tengamos nuestra mirada puesta en Jesús, podemos estar seguros en el caminar, pero si quitamos la vista a Jesús, comenzaremos a hundirnos. Preguntémonos al igual que Pedro ¿Busco a Jesús cuando me siento fuerte y valiente o cuando experimento la debilidad, el fracaso o me siento perdido?

 

Oremos: Señor, Jesús, enséñanos a no temer y a confiar en ti, para que podamos vencer todo tipo de dudas, temores y dificultades que nos impiden crecer.  Ayúdanos a ser firmes en la fe y  reconocer que verdaderamente tú eres el Hijo de Dios y el Señor de nuestra vida. Amén.

 

Actuemos: Hoy pondré un poquito de fe, especialmente, cuando me enfrente a momentos cruciales y tempestuosos.

 

Recordemos: Siempre en la vida tendremos que afrontar grandes tempestades, pero no debemos desanimarnos sino estar preparados para afrontarlos con fe y esperanza.

 

Profundicemos: Sintamos la invitación que Jesús le hizo a Pedro: “ven”. Ven a mí, si tienes miedo; ven a mí, si tienes problemas; ven a mí,  si tienes tormentas, ven a mí, si buscas la paz y la justicia.

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