¿A quién vamos a ir?
¡Tú tienes palabras de vida eterna!
(Juan 6, 60-69)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Caminar con Jesús es fascinante, pero también nos interpela por todo el misterio que manifiesta y que muchas veces desde nuestra lógica humana no logramos comprender. En el evangelio de Juan que venimos escuchando, las palabras de Jesús continúan fortaleciendo a los discípulos en la fe, y junto a ellos, nos lleva también a nosotros a encontrar en Él, el sentido pleno de nuestra vida, gracias al don del espíritu santo: “El Espíritu es el que da vida; la sola carne no sirve para nada”. Si nos dejamos guiar por él, la vida del cristiano se torna diferente, de búsqueda y convicciones profundas. Pero también Jesús que conoce la fragilidad humana interpela a sus discípulos diciendo: “¿También ustedes quieren irse?”. Y Pedro en nombre de la comunidad responde: “Señor, ¿a quién vamos a ir? ¡Tú tienes palabras de vida eterna! Es decir en Jesús, en su Palabra encontramos la norma de vida.
Reflexionemos: ¿Estoy convencido que Palabra y Eucaristía son las fuentes que alimentan y fortalecen mi vida?
Oremos: Maestro bueno, de todo corazón te doy gracias porque en tu Palabra encuentro la luz y sabiduría que guía mis pasos. Amén.
Recordemos: “Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”.
Actuemos: Mayor presencia ante el Señor para descubrir su voluntad.
Profundicemos: Creer en Jesús, acoger su Palabra y estar abiertos al don del Espíritu Santo, nos permite como bautizados crecer en la fe. Pidamos cada día éste don al Señor.