7 de Noviembre

 

““Yo les aseguro: esta viuda pobre ha dado… más que esos otros. Porque… en su pobreza dio todo lo que tenía para vivir”.

 

Hoy vemos a Jesús sentado frente al lugar donde se echaban las limosnas para el templo. Muchos ricos daban grandes sumas de dinero, y una anciana se acercó tímidamente y echó unas moneditas: Jesús conmovido por este gesto humilde dijo a los discípulos “Yo les aseguro que ella ha dado más que todos, porque los otros dieron algo de lo que les sobraba, pero ella en su pobreza dio todo lo que tenía, para vivir.

La actitud y palabras de Jesús nos permiten conocer la mirada y el sentir de Dios: A Dios no le interesa la apariencia, Él mira lo que hay en el interior de las personas y acepta con agrado lo que se hace con corazón recto y generoso. Lo que nace de intereses egoístas no toca el corazón de Dios. ¡Cuidemos las motivaciones de nuestro corazón!

 

Reflexionemos:

¿Qué es lo que me mueve a hacer el bien: tranquilizar mi conciencia, ganar estimación o agradar a Dios? ¿Examino y purifico las intenciones de mi corazón? ¡Señor, dame un amor puro a Ti y a los demás!

 

Oremos:

Señor Tú has dicho: ¡dichosos los limpios de corazón porque verán a Dios! Limpia mi corazón de intereses egoístas, quiero hacer el bien a todos y construir tu Reino allí donde me encuentro. Ayúdame a donarme como Tú me has enseñado. Amén.

 

Recordemos:

«Dar» se identifica con la generosidad cuando se hace pensando en el bien del otro, cuando se da por amor”. Santa Teresa de Calcuta

 

Actuemos:

Estaré atento a las necesidades de quienes viven a mi lado para socorrerlos con amor.

 

Profundicemos:

‘La generosidad no consiste en que me des algo que yo necesito más que tú, sino en darme algo que tú necesitas más que yo’ (Kahlil Gibran). ( Libro: Espiritualidad en lo cotidiano) E. Mazariegos .

 

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