“Si siete veces vuelve a decirte: ‘Lo siento’, lo perdonarás”. (Lc 17, 6)
Jesús, se hizo hombre para enseñarnos a vivir como hijos de Dios, su Padre y nuestro Padre. “Perdonar al hermano” es la cima más alta de sus ejemplos y enseñanzas: y muchas veces con expresiones diversas nos exhorta tener un corazón noble y generoso. Hoy dirigiéndose en forma directa a ti y a mí nos dice: Ten cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: ‘Lo siento’, lo perdonarás”.
Ninguno de nosotros puede cerrar el corazón al hermano que se ha equivocado; hoy es él quien necesita comprensión y benevolencia, mañana puedo ser yo. Todos somos frágiles y podemos caer en el error; lo que nos ayuda a levantarnos es el perdón que recibimos y damos a los otros. Es por esto que Jesús nos pide perdonar para ser perdonados.
Reflexionemos:
¿Tengo el valor de reconocer mis errores y pedir perdón? ¿Alimento sentimientos de compasión y bondad o de odio y rencor? ¡Señor enséñame perdonar como Tú me perdonas!
Oremos:
Jesús bueno, gracias por tu misericordia; tantas veces he venido a pedirte me perdones y tú me has colmado de paz y de ternura. No permitas que después de haber recibido tu perdón cierre mi corazón a la fragilidad de mis hermanos. ¡Dame tus entrañas de misericordia!
Recordemos:
“El que reconoce su error y pide perdón es más grande que aquel que con su oración resucita a un muerto”. Isaac de Siro
Actuemos:
Cuando reciba alguna ofensa, humillación o desprecio, ofrezco al Señor mi dolor y pido la gracia de perdonar de corazón.
Profundicemos:
“Aquellos que viven en paz, piden perdón, saben perdonar y son perdonados” Manglano ( Libro: 366 pensamientos para aprender a perdonar” ).