“De la bondad que atesora en su corazón saca el bien” (Lc 6, 45)
En nuestra vida atesoramos experiencias, valores familiares, objetos que tienen un significado especial para nosotros, enseñanzas que salen a nuestro encuentro cuando más lo necesitamos y otras tantas cosas que sentimos nos ayudan a crecer. Hoy Jesús nos invita también a reconocer la importancia de atesorar la bondad que nos viene de su Palabra: “El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque lo que rebosa del corazón, lo habla la boca”. Y la mejor manera de atesorar sus enseñanzas y ponerlas en práctica, es a través de la escucha atenta de su Palabra: “El que se acerca a mí, escucha mis palabras y las pone por obra, les voy a decir a quién se parece: se parece a uno que edificaba una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo tambalearla, porque estaba sólidamente construida”. Escucha que nos ayuda a edificar sobre bases sólidas nuestra existencia y afrontar con fe las dificultades que vivimos. Pidamos al Señor, en este día la gracia de aprender a escuchar con mayor atención su Palabra y llevarla a nuestras realidades cotidianas.
Reflexionemos:
¿Qué cosas atesoramos?, ¿cómo escuchamos y acogemos cada día la Palabra de Dios?
Oremos:
Ayúdanos, Señor, a escuchar cada día con mayor atención tu Palabra. A reservar espacios de nuestra jornada para orar con ella, revisar nuestra vida y acoger los llamados que nos comunicas. Amén.
Recordemos:
La escucha atenta de la Palabra edifica nuestra vida sobre las bases sólidas del amor y la confianza en Dios.
Actuemos:
Reservemos un momento especial de este día para orar con la Palabra de Dios y acoger los llamados que Dios nos hace.
Profundicemos:
La parábola de la casa sobre la roca nos ayuda a trabajar en familia con los más pequeños el valor de la prudencia (Libro: La casa sobre la piedra).