2 de noviembre

Escucha La Palabra de Dios para cada día

Primera Lectura

Lectura del libro de la Sabiduría 3, 1-6. 9

manos de Dios, y no las afectará ningún tormento. A los ojos de los insensatos parecían haber muerto. Su salida de este mundo fue considerada una desgracia, su partida de entre nosotros, una destrucción. Ellos, sin embargo, están en paz. Aunque a los ojos de los hombres hayan sido castigados, su esperanza está llena de inmortalidad. Por una leve corrección, recibirán grandes beneficios, porque Dios los puso a prueba y los encontró dignos de Él. Los probó como el oro en el crisol y los aceptó como holocausto. Los que confían en Él comprenderán la verdad, y los que le son fieles permanecerán junto a Él en el amor, porque los elegidos del Señor gozan de su amor y su misericordia.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

Salmo responsorial 61, 2-3. 6-9ab

R. Descansa solo en Dios, alma mía.

Solo en Dios descansa mi alma, porque de Él viene mi salvación; solo Él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré / R.
Descansa solo en Dios, alma mía, porque Él es mi esperanza; solo Él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré / R.
De Dios viene mi salvación y mi gloria, Él es mi roca firme, Dios es mi refugio. Pueblo suyo, confía en Él, desahoga ante Él tu corazón / R.

Segunda Lectura

Lectura del libro del Apocalipsis 21, 1-5a. 6b-7

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya. Vi también la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, edificada por Dios y arreglada como una novia que se ha adornado para recibir a su esposo. Y oí una voz potente que decía desde el trono: “Esta es la morada de Dios entre los hombres: Él habitará con ellos, y ellos serán su pueblo; con ellos estará su Dios, Dios en persona. Él secará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni fatiga, porque lo de antes ya pasó”. Y el que estaba sentado en el trono dijo: “Todo lo hago nuevo. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tenga sed yo le daré a beber gratuitamente de la fuente de agua viva. El vencedor recibirá estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo”.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

Aclamación antes del Evangelio (Ap 14, 13)

“¡Felices los que mueren en el Señor! Que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan”.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 23, 44-46. 50. 52-53

“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”

Era alrededor del mediodía. El sol dejó de brillar, y se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, con voz potente, dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y dicho esto expiró. Llegó entonces un miembro del sanedrín, llamado José, hombre recto y justo, y fue a ver a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Y después de bajarlo, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro cavado en la roca, donde nadie había sido sepultado.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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