10 de Junio

“Esta viuda pobre ha echado más que nadie”

(Marcos 12, 38-44)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

A partir de la viuda del evangelio, los discípulos y cada uno de nosotros estamos llamados a aprender la lección más importante del evangelio. Ella ha echado todo lo que tenía para vivir, para el templo, ella se convierte así en nuestra maestra, que nos instruye con modestia acerca del seguimiento del Maestro. Jesús aprovecha el momento y llama a sus discípulos a mirar y a comprender a la “pobre viuda”, que tiene solamente dos moneditas y en su pobreza da “todo lo que tiene”. Esta pobre viuda es el evangelio vivo. La enseñanza de Cristo, no nos viene de los libros, sino de las personas como ella. Los pobres, pequeños, frágiles, que obran así son nuestra doctrina, así como Cristo crucificado es nuestra única sabiduría.

 

Reflexionemos: Esta pobre viuda ha cumplido la condición indispensable para entrar en el Reino, ella lo ha dado todo. Ella suplanta la sabiduría, la fuerza, y la ambición de los escribas.

 

Oremos: Señor Jesús, ayúdame a darlo todo, en mi hogar, en mi trabajo, así como ha hecho esta viuda. Ayúdame también a descubrirte en los pequeños, en lo pobres, en los excluidos, para hacer parte de tu reino. Amén.

 

Actuemos: Hoy quiero dar todo de mí, lo mejor de lo que soy y tengo, no quiero reservarme nada, pero que todo sea para tu gloria y para el bien de las personas.

 

Recordemos: Jesús les dijo: de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del tesoro.

 

Profundicemos: Para aprender y vivir el evangelio, necesariamente debemos colocarnos en la escuela de los pobres. Pero no es fácil, porque ellos no escriben libros, no hacen discursos, ni ruido. Sólo callan y hacen.

 

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