“Dichosos los que ahora lloran, porque reirán”
(Lc 6, 21)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Hoy el evangelio nos invita a percibir en las bienaventuranzas un camino de fe que nos lleva a reconocer en las carencias o en las dificultades que vivimos, valiosas oportunidades de crecimiento personal y espiritual. Ellas nos ayudan adentrarnos en la lógica de Dios, que privilegia a los pobres, los perseguidos, los desamparados y les promete que después de sus sufrimientos en la tierra, tendrán el premio eterno: “Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo”. Pidamos al Señor en este día la capacidad de aprender a reconocer en las dificultades o las contrariedades que vivimos, oportunidades para sacar lo mejor de nosotros mismos y crecer en nuestra relación con Dios y los hermanos.
Reflexionemos: ¿Reconocemos en nuestros sufrimientos oportunidades de crecimiento?, ¿qué enseñanza nos deja el espíritu de las bienaventuranzas?
Oremos: Danos, la gracia, Señor, de aprender a reconocer en las dificultades y en las privaciones, valiosas oportunidades para unir nuestra vida más a ti y entrar en comunión con quienes sufren. Amén.
Recordemos: Las bienaventuranzas nos ayudan a crecer en la fe y a depositar toda nuestra confianza en Dios.
Actuemos: Solidaricémonos en este día con tantos hermanos nuestros que hoy día, son perseguidos por proclamar su fe.
Profundicemos:Las bienaventuranzas nos conducen a un camino de búsqueda y realización personal (Libro: En busca de la felicidad).