“Yo les aseguro: uno de ustedes me va a traicionar” (Mt 26, 21)
La traición es una de las ofensas que más nos duelen y lastiman como seres humanos. Nos lleva a perder la confianza en los otros y a reconocer la hipocresía presente en quienes están a nuestro lado. Jesús también fue traicionado por uno de sus seguidores más cercanos experimentando en carne propia como la ambición enceguece el corazón del ser humano: “Ellos le pagaron treinta monedas de plata”. Pese a ello, Jesús sigue firme en su camino, pero no deja pasar esta oportunidad para llamar la atención de sus seguidores y sensibilizarlos frente a los alcances del engaño en la vida del ser humano: “Ay de aquel que va a traicionar al Hijo del hombre! Más le valiera no haber nacido”. Pidamos perdón al Señor en este día por las veces en que hemos traicionado su confianza y su amor. También por aquellas ocasiones, en que movidos por nuestros propios egoísmos o intereses, hemos traicionado a los demás.
Actitud: Perdón.
Reflexionemos:
¿Hemos experimentado la traición en nuestra vida?, ¿cómo la hemos enfrentado?
Oremos:
Perdónanos, Señor, por las ocasiones en que traicionamos tu amor y vamos en contra tus enseñanzas. Perdónanos, también por las veces en que movidos por nuestros propios intereses, traicionamos la confianza de los demás. Amén.
Recordemos:
La traición nos encierra en los propios egoísmos y nos lleva a perder la confianza de los demás.
Actuemos:
Pidamos perdón al Señor en este día, por las veces en que lo hemos traicionado a él, o alguno de nuestros seres queridos.
Profundicemos:
El encuentro con Jesús en estos días previos a su pasión debe llevarnos a vivir como él la experiencia del perdón con aquellos que tenemos dificultades o diferencias (Libro: El perdón sana y reconcilia).