“Ve a reconciliarte primero con tu hermano” (Mt 5, 24)
La reconciliación es una de las principales actitudes que estamos llamados a vivir en este tiempo de Cuaresma. Actitud que implica salir de nosotros mismos para reconocer nuestros errores y el mal, que muchas veces a través de nuestros egoísmos o criterios personales podemos hacer a los demás. En el evangelio de este día, Jesús es enfático al afirmar, que no solo quien mata a otro debe ser sometido a juicio, sino también quien ofende o se enoja con su hermano. La ofensa al hermano constituye entonces una afrenta tan grave como la muerte, porque es matar en vida con nuestras palabras o acciones a aquellos que están a nuestro lado. De allí, que Jesús proponga que antes de presentar nuestra ofrenda u dirigir nuestra oración a Dios, primero debemos reconciliarnos. Solo con un corazón reconciliado Dios escuchará nuestra oración y actuará a favor nuestro. Pidamos al Señor, en este día, que nos ayude a vivir la actitud de la reconciliación; que nos dé el valor y la humildad para reconocer nuestros errores, para ir en busca de todos aquellos que hemos ofendido y alcanzar su perdón.
Actitud: Reconciliación.
Reflexionemos:
¿Con qué personas el Señor nos llama a reconciliarnos hoy?, ¿somos capaces de abrirnos al perdón?
Oremos:
Ayúdanos, Señor, a abrirnos en este tiempo de cuaresma a la experiencia del perdón. A reconciliarnos de corazón con todos aquellos que hemos ofendido con nuestras palabras, intereses o actitudes personales. Amén.
Recordemos:
La reconciliación nos abre a la experiencia del perdón y la comunión fraterna.
Actuemos:
Pidamos perdón en este día a alguno de los miembros de nuestra familia que hayamos ofendido o maltratado con nuestras acciones.
Profundicemos:
El perdón, nos lleva no solo a reconciliarnos con quienes hemos ofendido sino también con nosotros mismos. Es una experiencia que nos libera y renueva interiormente (Libro: El perdón, sana y libera).