«Vayan a avisar a mis hermanos que vayan a Galilea. Alla me verán»
(San Mateo 28, 8-15)
Permitamos que la Palabra del Señor toque nuestra vida
Hoy reflexionamos el relato del evangelio de Mateo, permite hacer la siguiente afirmación la experiencia de cristo resucitado es posible a toda persona, pero algunas se cierran en sus intereses, negando sus consecuencias transformadoras para la humanidad, no hay pruebas de la resurrección pero hay signos claros de su presencia entre nosotros, uno de ellos es la liberación del temor a la muerte, porque un ser humano que vive sin temor ha alcanzado la libertad de espíritu y vive ya la resurrección no tengan miedo vayan a anunciar a mis hermanos que deben ir a galilea allí me verán, galilea es hoy la vida cotidiana de cada uno, allí Jesús nos esta mostrando su fuerza y su amor liberador.
Reflexionemos:
Preguntémonos: ¿Qué signos de resurrección percibo en mi comunidad eclesial, en mi parroquia, hogar, en mi vida personal?.
Oremos:
Ayúdanos, Señor a regresar a la Galilea de nuestra vida cotidiana renovados por los signos de tu resurrección. Que llenos de tu esperanza podamos sentirte presente en medio de nosotros. Amén.
Recordemos:
La gran invitación que nos deja el Resucitado es reconocer su presencia en nuestra vida cotidiana.
Actuemos:
Retomemos en este día con fe y esperanza nuestro trabajo y ocupaciones cotidianas.
Profundicemos:
Así como hay un camino de la cruz (Vía Crucis) existe también un camino de la luz (Vía Lucís) que narra en 14 estaciones, la experiencia de fe que vivieron los primeros discípulos con Cristo resucitado (Libro: Vía Lucís. Meditaciones sobre la resurrección de Jesús)