“Entonces verán al Hijo del hombre venir entre las nubes con gran poder y gloria” (Marcos 13, 26)
En el evangelio de hoy Jesús nos recuerda que nuestra existencia terrena es una peregrinación que culminará en el encuentro definitivo con El: Entonces verán al Hijo del hombre venir entre las nubes con gran poder y gloria.
Estas palabras esclarecen el sentido de nuestra vida, alimentan nuestra esperanza y nos reorientan hacia la meta feliz que nos espera. Todo lo que acontece en esta vida es una preparación para ese momento feliz que decidirá nuestra suerte eterna: Cuando llegue el Señor en su gloria todos compareceremos ante El para ser integrados en Su Reino hacia el cual hemos caminado en esta tierra; entonces comenzará un cielo nuevo y una tierra.
Reflexionemos:
¿Mi vida y mi corazón están orientados decididamente a Dios? ¿Los valores que busco y los caminos que recorro me están preparando para una eternidad feliz? No puedo vivir desprevenido porque no sé cuándo me llamará el Señor. ¡Señor, quiero hacer lo que Tú quieres en todas las circunstancias de mi vida!
Oremos:
“Me has creado Señor para Ti y mi corazón está inquieto hasta que no descansa en Ti”. Orienta hacia Ti nuestros pasos Señor, para que no corramos el peligro de perderte a Ti origen y meta de nuestra vida!
Recordemos:
El cielo y la tierra dejarán de existir, mis palabras no dejarán de cumplirse
Actuemos:
Hago mi examen de conciencia cada día para reorientar mi corazón a Dios, acoger su amor y acoplarme a su santa voluntad.
Profundicemos:
“Clava siempre tu mirada en aquel que te guía y en la patria celeste a la que te conduce. Te tendría que importar si tu camino es por los campos o por los desiertos sabiendo que Dios está siempre contigo y que alcanzas la gozosa eternidad? “ Padre Pio ( Libro: Inteligencia espiritual) Alfonso Barreto Nieto.