“Debes volver a nacer” (Jn 3, 7)
En este segundo martes de Pascua Jesús recuerda nuevamente a Nicodemo la importancia de volver a nacer de nuevo. Invitación que podemos leer a la luz de la situación que aún vivimos por el coronavirus y que nos lleva a reconocer la necesidad de preguntarnos cuáles son los signos de vida nueva que esta realidad adversa ha despertado en nosotros. Así mismo, percibir en nuestro camino de fe, las actitudes personales y comunitarias, que el Señor ha forjado este último año en nosotros y nos han llevado a ser signos de salvación para los demás: “Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea, tenga por Él vida eterna”. Pidamos al resucitado, que como él, podamos abrazar con fe el dolor y el sufrimiento que muchos hermanos nuestros continúan viviendo y fortalecerlos para abrazar su presente, con mayor resolución y esperanza.
Reflexionemos:
¿Qué aprendizajes o signos de vida nueva nos ha dejado la pandemia?, ¿cómo podemos abrazar nuestro presente actual con mayor fe y esperanza?
Oremos:
Ayúdanos, Señor, a reconocer los aprendizajes y los signos de vida nueva que nos ha traído la pandemia. Así mismo, a transformar las actitudes negativas que nos impiden abrazar el presente con esperanza. Amén.
Recordemos:
Como el resucitado podemos ser signos visibles de salvación y vida nueva para quienes están a nuestro lado.
Actuemos:
Consolemos en este día a nuestros familiares, amigos o conocidos, que han sido golpeados por los efectos negativos de la pandemia.
Profundicemos:
Si bien la realidad actual que aún vivimos por el coronavirus confronta y desafía nuestro estilo de vida, nos lleva a reconocer en la enfermedad y el sufrimiento, oportunidades de superación y crecimiento (E-book: Caminando en la esperanza).