11 de Junio

“Vayan y proclamen que el Reino de Dios está cerca”

(Mateo 10, 7-13)

 

 Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

“Vayan y proclamen que el reino de los cielos está cerca. Curen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, echen demonios”. Es el mandato de Jesús a sus apóstoles, es decir, que anunciar el Reino de Dios, debe ser un compromiso libre y personal que implica la experiencia de fe y el servicio compartida con todos, especialmente con los más necesitados. Pero ¿Qué significa curar a los enfermos, echar demonios, etc.? Que de la misma manera como Jesús envía a sus apóstoles a anunciar el Reino, así también nos envía a anunciarlo con acciones de solidaridad, entrega, y compromiso, saliendo de nosotros mismos para entrar en relación con Dios en la oración y con los hermanos. Nosotros que hemos experimentado su amor y misericordia, estamos llamados a gastar nuestra vida en acciones que trasciendan; amor y respeto por los más necesitados, los olvidados, los desvalidos, a aquellos que para la sociedad no cuentan,  perdonar, sanar corazones rotos, escuchar al despreciado. El anuncio del Reino de Dios es para todos y debemos conducir a todos hacía Dios mostrando que su misericordia es infinita y que todo es don que recibimos y entregamos gratuitamente.

 

Oremos: Señor Dios nuestro, gracias por darme a conocer a tu Hijo Jesucristo a través de sus palabras y obras; gracias por manifestarte en él. Ayúdame a acoger tu mensaje de salvación con docilidad y a darte a conocer como el único Dios verdadero que vida eterna. Amén.

 

Recordemos: En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: vayan y proclamen que el Reino de Dios está cerca. Curen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, echen demonios” Mt 10, 7-8.

 

Actuemos: Para hoy propongamos a hacer una obra de misericordia, sanemos a un hermano a través de nuestras acciones, mostremos el rostro de Dios por medio de nuestra vida porque toda nuestra vida es una alabanza para Dios. ¿Qué obra de misericordia te propones? darle pan al hambriento, agua al sediento, vestir al desnudo, ser compasivo? son unas de las tantas acciones que podemos realizar en este día.

 

Profundicemos: Asumimos fielmente al seguimiento del Señor cuando vivimos conforme a su voluntad, cuando pones en práctica aquello que hemos escuchado y meditado en las Sagradas Escrituras. El seguimiento de Dios implica un compromiso ineludible, éste es el de compartir nuestra experiencia de fe con los demás, no conformarnos con conocerlo, sino que nos comprometamos a anunciarlo. Nuestra misión como seguidores de Jesús es ser testigos fieles de su amor, amor que se debe anunciar y compartir a todos, especialmente a los más necesitados de la misericordia de Dios.

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