10 de Septiembre

“El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien”

(Lc 6, 45)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Hoy Jesús nos vuelve nuevamente a recordar la importancia de abrir nuestros oídos y nuestro corazón a la escucha atenta de la Palabra de Dios. Solo así podremos llenar nuestra vida de sentido y de valores que transmitan esperanza a las personas que nos rodean: lo que rebosa del corazón, lo habla la boca”. Al hacerlo, daremos verdaderos cimientos a nuestra vida personal y espiritual, y podremos superar con mayor fe, las adversidades que la vida a diario nos presenta: Vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo tambalearla, porque estaba sólidamente construida” Pidamos al Señor, en este día, que abra cada vez más nuestro corazón a su Palabra, para que desde ella, continuemos edificando nuestra existencia.

 

Reflexionemos: ¿Cómo es nuestra escucha de la Palabra de Dios?, ¿cómo podemos mejorar nuestra relación con ella?

 

Oremos: Abre, Señor, cada vez más nuestra mente y nuestro corazón a la escucha atenta de tu Palabra. Que iluminados por ella, podamos dar bases sólidas a nuestra existencia. Amén. 

 

Recordemos: La escucha atenta de la Palabra de Dios transforma poco a poco nuestra existencia y hace de ella, un don para los demás.

 

Actuemos: Reservemos un espacio de este día, para dedicar más tiempo a la escucha atenta de la Palabra de Dios e iluminar desde ella, las diferentes realidades que vivimos.

 

Profundicemos: Aprender a escuchar la Palabra de Dios y llevarla a nuestra vida es una tarea de todos los días (Libro: A la escuela del Maestro. Para orar con la Palabra cada día).

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