“Sácate primero la viga de tu ojo”
(Lc 6, 42)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Celebramos en este día la fiesta de San Pedro Claver, padre jesuita español que dedicó gran parte de su vida y su misión, al cuidado de los negros esclavos en Cartagena. Su testimonio de vida nos ayuda a comprender la invitación que Jesús nos hace en el evangelio de hoy, de no reparar en los defectos de los hermanos, sin antes mirar los nuestros. En la época de san Pedro Claver, los esclavos eran tratados con indiferencia y no tenían valor ninguno. Sin embargo, San Pedro supo ver más allá de los prejuicios culturales de su tiempo, para reconocer en ellos el rostro sediento de Cristo que reclamaba amor, compasión y dignidad. Pidamos al Señor en este día, que como San Pedro Claver, nosotros podamos reconocer su rostro en las necesidades de quienes nos rodean, en lugar de criticarlos por sus apariencias.
Reflexionemos: ¿Qué enseñanza nos deja el testimonio de san Pedro Claver?, ¿en qué personas o realidades reconocemos hoy el rostro sufriente de Cristo?
Oremos: Enséñanos, Señor, como san Pedro Claver a reconocer la semilla del bien que hay en cada persona. A superar las apariencias y dejarnos confrontar por las necesidades del otro. Amén.
Recordemos: San Pedro Claver nos enseña la osadía de reconocer en nuestros hermanos el rostro sufriente de Cristo.
Actuemos: Aprovechemos esta jornada para revisar nuestra vida y mirar en que momentos nos dejamos llevar por las apariencias.
Profundicemos: La vida de los santos nos enseñan la importancia de reconocer en quienes sufren el rostro necesitado de Cristo (Libro: Los santos de cada día 2).
