1 de enero

“María, por su parte, conservaba todas estas cosas en el corazón pensando qué significaban”

(Mateo 2, 13-15. 19-23)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Iniciamos un nuevo año llenos de alegría por todo el camino que el Señor abre hoy para nosotros y por la alegría de comenzar de nuevo. Y de manera especial, la liturgia nos invita abrir las puertas del año nuevo de la mano de nuestra madre María con la solemnidad de Santa María madre de Dios. Por eso el evangelio nos lleva a Belén para ser testigos de la gran alegría y del asombro que experimentaron los pastores al encontrar a María, José y al niño en el pesebre. Así mismo, de todo aquello que suscitó en el corazón de María los comentarios de los pastores: por todo lo que habían visto y oído”. También nosotros hoy al iniciar este nuevo año hemos visto y contemplado el amor de Dios en la fragilidad y ternura del niño Dios. Pidamos por su intercesión la capacidad de asombrarnos ante su misterio y guardar como María en nuestro corazón a lo largo de este nuevo año, sus promesas.

 

Reflexionemos: ¿Cómo podemos vivir de la mano de María y de Jesús este nuevo año que empieza?, ¿guardamos como María en nuestro corazón las cosas que escuchamos o recibimos de Dios?

 

Oremos: Gracias, Señor, por este nuevo año que nos das. Por todos los proyectos, los anhelos que pones en nuestro corazón para vivirlo. Que como María podamos contemplar en nuestro corazón tus enseñanzas. Amén. 

 

Recordemos: Dios nos habla a través de las personas que pone a nuestro lado.

 

Actuemos: Reservemos un espacio de este día para entrar en oración y poner en manos de Jesús y de María los proyectos que tenemos para este nuevo año.

 

Profundicemos: María nos enseña con su vida la manera de llevar a la vida de cada día las enseñanzas de Jesús. Pongamos bajo su protección el año nuevo que empieza (Libro: Devocionario mariano).

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