2 de Diciembre

¿Cuántos panes tienen? (Mt 15, 34)

 

En el evangelio de hoy, Jesús va de nuevo a la orilla del lago de Galilea y muchas personas de diferentes lugares le llevan enfermos para que los sane. Al ver su sufrimiento se compadece de ellos y expresa a sus discípulos su deseo de alimentarlos: “Siento compasión de la multitud, porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, para que no desfallezcan en el camino”. Jesús percibe una necesidad que sus discípulos no, el hambre y la debilidad de quienes lo buscaban; por eso, comparte a sus discípulos su visión sobre el amor y la misericordia a los más desamparados. Este relato de Mateo es conocido como la segunda multiplicación de los panes y de los peces, en el que Jesús reitera de nuevo su compasión, no solo por los judíos sino también por aquellos que eran provenientes de otros pueblos. Dejemos resonar en nuestro corazón a lo largo de esta jornada la pregunta que Jesús hace a sus discípulos: ¿Cuántos panes tienen?” y a partir de ella, pensemos cómo podemos ayudar durante este tiempo a alguna persona que pase hambre o necesidad.

 

Reflexionemos:

¿Sentimos compasión por las necesidades de los demás?, ¿cómo podemos aliviar hoy el sufrimiento de tantas personas que están enfermas o pasan alguna necesidad material o espiritual?

 

Oremos:

Danos, Señor, la capacidad de aprender a reconocer las necesidades de todos aquellos que están a nuestro lado y pasan hambre o sufren alguna enfermedad. Que como tú nos movamos a compartir nuestros panes y nuestros peces para aliviar su sufrimiento.  Amén.

 

Profundicemos:

Durante este tiempo de aislamiento responsable existen muchas maneras con las cuales podemos solidarizarnos con las necesidades de quienes sufren, no solo desde un apoyo material o económico, sino también a través de la escucha, el servicio, la oración y el compartir de cerca las confrontaciones que nos ha dejado la pandemia (Ver eBook: Caminando en la esperanza ).

 

Recordemos:

Cuando compartimos con los demás somos nosotros los primeros beneficiados.

 

Actuemos:

Llamemos y confortemos en este día a alguna persona que esté enferma o pase alguna necesidad.

 

Profundicemos:

Durante este tiempo de aislamiento responsable existen muchas maneras con las cuales podemos solidarizarnos con las necesidades de quienes sufren, no solo desde un apoyo material o económico, sino también a través de la escucha, el servicio, la oración y el compartir de cerca las confrontaciones que nos ha dejado la pandemia (Ver eBook: Caminando en la esperanza ).

 

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