“Me ha enviado a evangelizar a los pobres…”. “Ningún profeta es aceptado en su pueblo”
(Lc 4, 16-30)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Hoy nos encontramos con Jesús que anuncia su misión en su propio pueblo, Nazaret, y ante sus paisanos. Pero estos lo rechazan, pues “ningún profeta es aceptado en su patria”. Jesús con humildad no se defendió simplemente se admiró de la poca fe que tenían. En la vida existe una actitud que no permite dejar que la Palabra del Señor cale en lo profundo del corazón y que logre en nosotros una conversión radical de vida o que alcancemos una vida interior que nos haga cada vez más parecidos a Jesús. Dicha actitud se llama “soberbia”, y es la que constata Jesús en medio de los suyos, que incluso escuchándolo y admirándolo por su sabiduría, no reconocían su presencia como enviado de Dios. En este momento nos podemos preguntar: ¿cuántas veces creemos conocer el mensaje del Señor, pero no escuchamos la novedad que este mensaje trae consigo? Cuantas veces nos basta con decir “Ah sí…Lo que quiere decir es…” ¿Acaso solo nos llenamos de datos o cultura general? Nuestro camino espiritual sería muy distinto, si como San Pablo, nos presentáramos ante Dios y las demás personas con humildad, sinceridad y sin grandes pretensiones. Solo un corazón humilde está siempre abierto a la novedad de Dios. Abramos nuestro corazón al Señor y compartámosle más nuestra vida y aquello que nos sucede. Para él no hay imposibles.
Preguntémonos: Qué dice a mi vida la siguiente expresión: “Hoy, en presencia de ustedes, se ha cumplido este pasaje de la Escritura” ¿Le creo a Jesús? ¿Contemplo la acción salvadora de Dios en mi vida?
Oremos: Señor Jesús, dame la capacidad de saber contemplar tu acción salvadora en mi vida y en la de quienes me rodean. Que sea tu Santo Espíritu quien me aliente para colaborar en tu misión, con sencillez y generosidad. Amén.
Actuemos: Hoy buscaré la forma para promover en mi familia el conocimiento de la misión de Jesús.
Recordemos: Solo un corazón humilde está siempre abierto a la novedad de Dios.
Profundicemos: ¿Cómo realiza Jesús su misión en la actualidad?
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