26 de octubre

“No he venido a traer la paz, sino división”

(Lc 12, 39-48)

 

La lectura de este día pareciera transmitir un mensaje apocalíptico. Sin embargo, la persona de Jesús y su mensaje al momento de instaurarse en las sociedades, en la mentalidad de los pueblos, al momento de ser acogido por las personas en su corazón y ser consecuentes con su praxis de vida ha provocado esa experiencia de división, que en el tiempo y la historia se ha manifestado de diversas formas. Las persecuciones, el martirio, el destierro son cuotas que hoy podemos leer en la expresión: “tres contra dos y dos contra tres”, la radicalidad del seguimiento de Jesús ha provocado rupturas y es posible entenderlas gracias a las imágenes presentes en el texto.

El fuego es una imagen muy bíblica que familiarmente está relacionada con el dinamismo propio del espíritu, sin embargo, el oro en el fuego es maleable, purifica y acrisola y en el mundo de las relaciones esta experiencia es vital de ahí, la madre contra la hija, el padre contra el hijo porque las relaciones se purifican en el fuego de la vida para que sean auténticamente libres en el amor.

La imagen del bautismo nos recuerda el vínculo que nos ha unido como comunidad pero que a la vez nos tiene como origen y destino, la cruz porque en el misterio de la pasión, muerte y resurrección hemos sido inmersos para ser purificados, para ser lavados y perdonas. 

 

Reflexionemos: El bautismo es uno de los dinamismos de la vida cristiana que fundado en la experiencia “un solo Señor” nos hermana a todos como hijos de un mismo Padre, creyentes de una comunidad de fe donde el signo de dicha comunión se manifieste en expresiones de solidaridad y gestos de amor que hagan de la unidad la fuerza que vence toda división. Sólo el fuego del amor nos dará la gracia para vencer la división.

 

Oremos: Jesús Maestro Camino, Verdad y Vida, perdona todo gesto de división que pueda estar presente en mi corazón. Ayúdame a vivir y a mantener la unidad a la que tú me has llamado, en el misterio del Padre, del Hijo y del Espíritu. Amén.

 

Actuemos: Soy de las personas que busca motivos para acrecentar y cultivar la unidad o de quienes cultivando la lógica del mundo busca la división, según los propios intereses.

 

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