“Uno de ustedes me va a traicionar…”
“Antes que cante el gallo, me negarás tres veces”
( Juan 13, 21.38)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Jesús conoce el corazón humano pero no usa ni la fuerza, ni el poder, ni su propia autoridad y liderazgo para cambiar lo que es inaplazable. Su Pasión: “Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar”. Sintiendo cerca el dolor de su muerte, Jesús lleva su amor hasta las últimas consecuencias. En medio de la oscuridad Judas se aparta de la comunidad y Jesús alentando a sus discípulos a mantener la comunión les hace otra revelación: “Ya ha sido glorificado el Hijo del hombre, y Dios en Él. Y puesto que Dios ha sido glorificado en Él, Él será glorificado en Dios; y eso muy pronto”. Nuestras fuerzas no son suficientes para responder al llamado del Señor, porque en la fragilidad de nuestra carne vacilamos como le sucedió a Pedro: “Estoy dispuesto a dar mi vida por ti” pero Jesús le dice: “Te aseguro que antes que cante el gallo, me negarás tres veces”. Era necesaria la cruz, para destruir la muerte, es importante confiar en el amor que se ha entregado por nuestra salvación para llegar al gozo de la resurrección.
Reflexionemos: Jesús no excluyó a ninguno de sus discípulos para manifestar su amor ¿soy capaz de amar y perdonar cuando me siento defraudado?
Oremos: Señor, dame el valor de recomenzar cuando me haya equivocado. Amén.
Recordemos: Simón Pedro le preguntó: “Señor, ¿a dónde vas?”. Jesús le respondió: “A donde yo voy no puedes seguirme ahora, pero me seguirás después”.
Actuemos: Viviré la jornada con un corazón reconciliado.
Profundicemos: Somos frágiles y necesitamos constantemente la intervención Divina para no desfallecer en nuestro compromiso de amar y servir a los demás. Pidamos la gracia de acoger la presencia amorosa de Jesús, aún en los momentos de prueba.