24 de Marzo

“Lo buscaban para matarlo”

(Jn 7, 1)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Avanzamos en nuestro itinerario cuaresmal y el evangelio nos permite adentrarnos cada vez más en la realidad de descontento y persecución que vive Jesús a causa de sus enseñanzas. Enseñanzas que tienen como centro su filiación divina, su conocimiento de Dios y su adhesión total a los designios del Padre: “Yo no estoy aquí por propia iniciativa. Vengo enviado por el Dios verdadero, que ustedes no conocen. Yo sí lo conozco, porque vengo de parte de Él y soy su enviado”. Si bien, esta realidad de incomprensión que envuelve la vida de Jesús lo lleva a actuar de manera secreta, no lo hace desistir de su misión, sino que por el contrario lo reafirma mucho más en ella. Pidamos al Señor, en este día, su misma fe y valor para enfrentar las incomprensiones y persecuciones de los demás. Que de su mano, sepamos mantenernos firmes en aquello que creemos y buscamos.

 

Reflexionemos: ¿Qué nos enseña la fe y el valor de Jesús?, ¿cómo enfrentamos las persecuciones?

 

Oremos: Danos, la gracia, Señor, de enfrentar con fe los señalamientos y las incomprensiones de los demás. A no desistir de nuestros verdaderos propósitos y luchar por ellos.  Amén. 

 

Recordemos: La verdadera fe es aquella que nos llena de valor para enfrentar las realidades adversas de nuestra  existencia.

 

Actuemos: Aprovechemos este día para preguntarnos por la manera como enfrentamos los señalamientos de los demás.

 

Profundicemos: Todos llevamos en nuestro interior una fuerza capaz de enfrentar las realidades adversas que la vida a diario nos presenta (Libro: La fuerza interior).

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