“El que los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos”
(Mt 5, 19)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
El tiempo de Cuaresma nos ofrece la valiosa oportunidad de encontrarnos a solas con Dios en la oración y reconocer la importancia de cada una de sus enseñanzas. Enseñanzas que recogen la tradición del Dios de Israel y que Jesús con su vida, su novedad y su predicación encarna, realiza y lleva a todo su esplendor: “No piensen que yo vine a desvirtuar la Ley y los Profetas. No vine a desvirtuarlos sino a darles todo su valor”. Pidamos al Señor en este día la capacidad de aprender a reconocer la importancia que tiene su Palabra en nuestra vida y cada una de los valores y actitudes que nos transmite, especialmente en nuestra relación con Dios y con quienes nos rodean.
Reflexionemos: ¿Qué lugar ocupa la Palabra de Dios en nuestra vida?, ¿reconocemos en sus enseñanzas un medio para crecer y acercarnos más a Dios y a quienes nos rodean?
Oremos: Gracias, Señor, por el don de tu Palabra. Por comunicarnos a través de ella, la manera concreta de dar sentido a nuestra vida y a las relaciones que construimos cada día con los demás. Amén.
Recordemos: La Palabra de Dios da sentido pleno a nuestra existencia.
Actuemos: Aprovechemos esta jornada para orar mayor tiempo con la Palabra de Dios y descubrir los valores que nos invita llevar a nuestra vida.
Profundicemos: La Palabra de Dios es alimento que da sentido nuevo a todo cuanto somos y emprendemos (Libro: Curso de iniciación bíblica).