Jesús ayuna cuarenta días y es tentado
(Mateo 4, 1-2)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
No solo de pan vive el hombre sino de toda palabra, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Satanás, es astuto, inteligente e insistente, en las dos primeras tentaciones, toca la filiación de Jesús. Si eres hijo de Dios. En la una trae ante Jesús el problema del hambre, manda que estas piedras se conviertan en pan, en la segunda una vez en el alero del templo, nuevamente toca la filiación, si eres Hijo de Dios tírate abajo, además, Satanás hace alusión a lo escrito en el salmo 91,12 está escrito: A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna». En la tercera tentación desde un monte alto le ofrece darle todos los reinos a cambio de que Jesús se postre ante él y lo adore.
Jesús venció las tentaciones y con esto nos enseña el modo de mirarlas a la cara y afrontarlas con la oración y la confianza plena en Dios. Podríamos ver que las tentaciones a la que le somete Satanás podrían resumirse en una: QUERER ALEJAR A JESÙS DEL PROYECTO DE DIOS.
Reflexionemos: El pan alimento básico del ser humano, y he aquí la tentación de acaparar. el deseo de dominio sobre los otros. He aquí nuestra elección, entre dominar o servir, competir o ser solidarios. ¿Somos capaces de evitar el acaparamiento, y de servir a las personas antes que dominarlas?
Oremos: Señor, ayúdanos a darnos cuenta, de que la búsqueda de honores, la avaricia y el poder no vienen de ti, sino del tentador, que busca alejarnos de ti. Amén.
Recordemos: Retírate Satanás, porque está escrito. Adorarás al Señor, tu Dios y a Él solo servirás.
Actuemos: Recordaré que las personas son tuyas, por tanto, buscaré servirles no dominarlas.
Profundicemos: Misericordia Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia pecado. Sal 50 (Libro: Afiche 102 Devoción «Buscando el tesoro de la vida»).