“Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos”
(Marcos 9, 35)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos. Es irónico que mientras Jesús les estaba anunciando todo lo que iba a padecer, sobre su pasión, muerte y resurrección, ellos tenían miedo preguntar, esto no entra en su esquema mental, callan, pero en cambio entre ellos si estaban discutiendo sobre quien de ellos era el más importante. A lo que Jesús les dirá Quien quiera ser el primero sea el servidor de todos. La lógica de Dios no es distinta a la nuestra.
Reflexionemos: Mientras discípulos Jesús les está compartiendo algo tan serio y duro como es el que va a padecer, los están discutiendo quien de ellos era el más importante. No es raro encontrarnos con personas que ponen su importancia en su status económico, sus títulos, su apellido y siempre buscan el poder.
Oremos: Señor, dame la gracia de vivir entregado para que el mayor número posible de personas lleguen a conocer tu amor en profundidad; que gaste mi vida para que muchos otros lleguen a gozar de tu amistad. Amén.
Recordemos: Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.
Actuemos: No pondré mi Valía en el poder ni en el cargo que tenga sino en lo que soy como persona y en mi servicio al prójimo.
Profundicemos: Confía en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y practica la lealtad; sea el Señor tu delicia y él te dará lo que pide tu corazón. Sal 36 (Libro: Seguir a Jesús sin volverte un marciano).