“¿Crees porque te dije que te vi debajo de la higuera?”
(Jn 1, 50)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
El nuevo año nos ofrece la posibilidad de dejarnos sorprender por la novedad que Dios quiere dar a nuestra vida. Así mismo, para ver de manera distinta a las personas que nos rodean, especialmente cuando nos hemos formado una idea negativa de ellas. Tal es el caso de Natanael, quien cegado por sus prejuicios culturales no logra ver en Jesús al Mesías: “¿De Nazaret puede salir algo bueno?”. Pese a ello, Jesús le da la posibilidad a Natanael de conocer su verdadera identidad y encontrar en Él, a una persona que supera del todo sus expectativas judías: “¡Maestro, tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el rey de Israel!”. Pidamos al Señor, la gracia de aprender a reconocer lo bueno que tiene cada persona, de darnos primero la oportunidad de conocerla, antes de juzgarla por sus actitudes o apariencias. Así mismo, de dejarnos sorprender por todo aquello que Jesús quiere comunicarnos este nuevo año en su Palabra.
Reflexionemos: ¿Juzgamos a los demás por sus apariencias?, ¿qué enseñanza nos deja la actitud de Jesús con Natanel?
Oremos: Enséñanos, Señor, a no juzgar a las personas por sus apariencias, sino a darnos la oportunidad de conocerlas mejor e interactuar con ellas. Amén.
Recordemos: Los prejuicios nos llevan a formarnos una idea negativa de los demás.
Actuemos: Aprovechemos esta jornada para conocer mejor o compartir con aquellas personas con las que nos cuesta relacionarnos.
Profundicemos: Conocer al otro es darnos la oportunidad de escuchar de cerca sus sueños, necesidades y preocupaciones (Ebook: Creciendo en familia).