23 de Julio

“Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?’”

(Mt 13, 27)

 

Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Como seres humanos estamos marcados por actitudes negativas que muchas veces no nos permiten ser coherentes con nuestra vida de fe. Dichas actitudes, opacan generalmente nuestras buenas intenciones, y por más que queramos dejarlas, continúan influyendo negativamente en nosotros. Tal es el caso de la parábola trigo y la cizaña, que Jesús narra el evangelio de este día, y que nos lleva a reconocer nuestras propias incoherencias: “Déjenlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña y atenla en gavillas para quemarla, y el trigo almacénenlo en mi granero”. Jesús nos invita a ser más conscientes de las cizañas que no dejan crecer el trigo bueno en nuestro corazón, a buscar la manera de superarlas, aprender a caminar con ellas y a cortarlas de raíz cuando nos hagan daño.

 

Reflexionemos: ¿Qué cizañas nos impiden vivir con autenticidad nuestra experiencia de fe?, ¿cómo podemos trabajarlas?

 

Oremos: Ayúdanos, Señor, a reconocer las cizañas que nos impiden dar frutos buenos en nuestro corazón. A ser pacientes y misericordiosos con nuestras propias incoherencias. Amén. 

 

Recordemos: De la mano de Jesús podemos transformar nuestras ambigüedades.

 

Actuemos: Aprovechemos esta jornada para revisar nuestra vida y pedir perdón a Dios por nuestras propias incoherencias.

 

Profundicemos: Reconocer nuestras propias ambigüedades de la mano de Dios y trabajarlas, nos abre  a un camino de libertad interior (Libro: Sánate interiormente. Dios te creó para ser feliz).

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