“Magdalena fue y anunció a los discípulos”
(Jn 20, 18)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Hoy celebramos la fiesta de santa María Magdalena y el evangelio nos lleva al pie de sepulcro para contemplar el encuentro que ella tiene con el Resucitado. María parte muy de madrugada en busca de su maestro, y al no encontrarlo, llora desconsoladamente. Es en este momento en que Jesús sale a su encuentro, pero ella no lo reconoce sino hasta cuando Él pronuncia su nombre: “¡María!”. Ella se vuelve y le dice: “¡Rabboni!”, que significa: “¡Maestro!”. Este encuentro lleva a María a reafirmar mucho más su fe y su adhesión en Jesús, por eso, la envía a comunicarle a los discípulos su retorno al Padre. Así, María pasa a ser la primera testigo de la Resurrección y la primera en anunciarlo: “He visto al Señor y ha dicho esto”. De allí, que en nuestra Iglesia sea reconocida como la apóstol de los apóstoles. Pidamos al Señor, en este día, por intercesión de María Magdalena, la capacidad de ser testigos y comunicadores de su presencia viva entre nosotros.
Reflexionemos: ¿Experimentamos en nuestra experiencia de fe la presencia viva de Jesús?, ¿qué enseñanza nos deja el encuentro que María Magdalena vive con el Resucitado?
Oremos: Ayúdanos, Señor, como a María Magdalena a experimentar que tú vives en medio de nosotros y que nos envías a comunicar tu amor, en el seno de nuestras familias, comunidades y ambientes de trabajo. Amén.
Recordemos: La escucha es acogida y apertura de lo que Dios o las demás personas tienen para comunicarnos.
Actuemos: Aprovechemos esta jornada para contemplar cómo reconocemos y experimentamos la presencia viva de Jesús en medio de nosotros.
Profundicemos: Ser testigos de la Resurrección de Jesús, es experimentar como María Magdalena la alegría de sentirnos llamados por nombre propio, a seguir y comunicar sus enseñanzas (Libro: Siete pasos hacia la vida).