2 de Junio

“Que lleguen a la unidad perfecta”    

(Juan 17,20-26)

 

 Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida

Hoy el Señor nos deja ver la inmensidad del amor que sentía por sus discípulos llamados por el mismo, con los cuales compartió gran parte de su vida pública y con los cuales compartió también su misión, a su vez pide al Padre por aquellos que conocerán de Jesús a través de ellos y de su palabra, al final es una oración que llega hasta nosotros, pues hemos conocido a Jesús a través de su testimonio y de la predicación de su palabra.

Aquí vemos reflejada en primer lugar, la relación de Jesús con el Padre, una relación íntima, una relación orante; Jesús está orando de manera profética por mí, por mis hermanos y por los que creerán por medio de nuestras palabras y sobre todo por nuestro actuar. Además nos hacen un llamado a la comunión entre nosotros los hermanos, nos invita a que sea como la comunión de Dios Padre con Dios Hijo. Por tanto lo que hemos conocido del amor de Dios nos exhorta a trabajar por la unión que debe existir en nuestros hogares, comunidades, trabajo, es el amor que unifica al punto de crear entre todos una hermandad una unidad como la que existe entre Jesús y el Padre por medio del Espíritu Santo.

 

Preguntémonos: ¿Cómo vivimos nuestro deseo y búsqueda de unidad con Dios y con los demás?¿ Trabajamos para generar condiciones de unidad y paz en nuestra sociedad?

 

Oremos: Señor Jesús te doy gracias por tu gran amor por mí, desde mucho antes de venir al mundo, ya orabas por mí y para que a atreves de tus enviados conociera de ti y en ello encontrara mi camino para volver a Dios Padre, te pido sea yo instrumento de unidad en la iglesia y fuera de ella, que mi testimonio sea siempre de unidad, de reconciliación de acercamiento al único cuerpo y tu única iglesia. Que yo pueda ayudar a cumplir tu sueño de unidad perfecta. Amén.

 

Recordemos: “Que lleguen a la unidad perfecta”, La unidad que Jesús pide para nosotros va más allá de la uniformidad. Vivir la unidad significa comportarnos de acuerdo con el Evangelio.          

 

Actuemos: En la medida en que seamos conscientes de esta paternidad de Dios, en esa medida alcanzaremos la unidad que Él desea para nosotros.

 

Profundicemos: ¿Qué me impide ser instrumento de unidad y de concordia?

 

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