Domingo de Pascua
Resurrección del Señor. Solemnidad. B.
Permitamos que la Palabra del Señor toque nuestra vida
En la mañana de pascua, después de haber acogido la buena nueva llevada por María Magdalena, Pedro y Juan corrieron de prisa al sepulcro y lo encontraron abierto y vacío. Que hermoso ver como Juan que era mas joven llega primero al sepulcro pero no entra en el y espera la llegada de pedro, esperar al otro acoplarse al ritmo del otro es ya un fruto de la resurrección, Los dos entonces se acercaron, se inclinaron para entrar en la tumba otra hermosa actitud para entrar en el misterio de Dios hay que «inclinarse» , hay que arrodillarse, hay que bajarse. solo quien se baja, comprende y descubre la glorificación de Jesús y puede seguirlo en su camino.
Hermanos el mundo nos propone otro modo de vivir, imponernos a toda costa, competir, hacerse valer… Pero los cristiano, por la gracia de Cristo muerto y resucitado, somos como los retoños nuevos de otra humanidad. otra humanidad que vive para servir a los demás, que no busca la altivez y la rivalidad, sino que nos hace disponibles, respetuosos y atentos a las necesidades de cada hermano que encontramos.
En este día de la resurrección pidamos la gracias de vivir la vida nueva de la resurrección imploremos la paz y la resurrección para nosotros, para nuestros hogares, pidamos la paz y la libertad para los países que están en guerra, y para todos aquellos que deberían defender la armonía y la hermandad en la familia humana.
Hermanos «FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN».
Reflexionemos:
Preguntémonos: ¿Cómo acogemos en nuestra vida el gran acontecimiento de la resurrección del Señor?, ¿Qué signos de vida nueva el Señor hace brotar hoy en nosotros?
Oremos:
Señor, como María Magdalena, Pedro y el discípulo amado queremos correr al encuentro contigo. Ayúdanos a ser signos visibles de tu resurrección en medio de las diferentes realidades que vivimos. Amén.
Recordemos:
Cristo Resucitado ha vencido la muerte para darnos la vida.
Actuemos:
Aprovechemos esta jornada para percibir y acoger los signos de vida nueva que el Señor ha forjado en nosotros durante el itinerario cuaresmal y los días santos.
Profundicemos:
El tiempo de Pascua nos invita a descubrir la presencia de Cristo Resucitado en nuestra vida (Libro: Siete pasos hacia la vida).