“Por tu palabra, echaré las redes” (Lc 5, 5)
Muchas veces cuando trabajamos por lograr algo que queremos y no lo alcanzamos, nos desanimamos y perdemos la motivación para seguir luchando. Esta desilusión es la que experimentan Pedro y sus compañeros, en el evangelio de este día, después de una larga noche de pesca fallida: “Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada”. Pero ante la petición de Jesús, de remar mar adentro, ellos corren el riesgo de lanzarse a pescar de nuevo y se llevan una gran sorpresa: “Hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red”. Fue tanto el asombro de Pedro, que se lanzó a los pies de Jesús para pedirle perdón por su falta de fe: “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador”. Pero Jesús, en lugar de reprocharle su actitud, lo invita a ser pescador de hombres. Sus compañeros de la barca al ver lo sucedido también se animan a seguirlo: “Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron”. Como Pedro y sus compañeros, nosotros también desistimos de nuestros proyectos ante las primeras dificultades que se nos presentan. Pidamos al Señor, en este día, la gracia de arriesgarnos más en su nombre a la hora de luchar por aquello que queremos. Que como Pedro podamos decir a cada momento “por tu palabra, Señor, echaré las redes”.
Reflexionemos:
¿Desistimos cuando no conseguimos algo que queremos?, ¿qué enseñanza nos deja el Evangelio de este día?
Oremos:
Ayúdanos, Señor, a contar contigo en cada tarea o proyecto que emprendemos. A no desistir cuando no alcanzamos lo que nos proponemos, sino darnos la oportunidad de arriesgarnos de nuevo contigo hasta lograrlo. Amén.
Recordemos:
Jesús nos invita a ir más allá de nuestros temores o dificultades.
Actuemos:
Retomemos en este día, de la mano de Dios, aquella tarea o meta que habíamos abandonado.
Profundicemos:
Las dificultades llegan a nuestra existencia como una valiosa oportunidad, para aprender a ser más pacientes y perseverantes (Libro: Más allá del límite).