“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mc 12, 31)
Una de las actitudes que más nos cuesta vivir en nuestra sociedad actual es la escucha. Vivimos pendientes de tantas cosas al tiempo, que se nos dificulta escuchar no solo a quien está a nuestro lado, sino también aquello que pasa al interior de nosotros mismos. Hoy Jesús en Jerusalén recuerda a uno de los escribas que se le acerca para preguntarle cuál es el mandamiento principal, que nuestra relación con Dios parte en primer lugar de la escucha: “Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: por eso amarás al Señor, tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y todas tus fuerzas”. Así mismo, que dicha escucha debe llevarnos a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Solo quien escucha es capaz de acoger la realidad del otro y conocer de cerca sus necesidades; es capaz de dejarse encontrar y transformar por su vida, reconocer que en sus manos existe la posibilidad de ayudarlo. De la escucha al amor hay un solo paso, y es el paso que estamos invitados todos a dar en esta cuaresma. Pidamos al Señor, que afine nuestros oídos para escuchar mejor los llamados que desde su Palabra nos comprometen a las necesidades de quienes están a nuestro alrededor.
Actitud: Escucha.
Reflexionemos:
¿Escuchamos con atención las necesidades de los demás?, ¿cómo podemos hacer de la escucha y del amor dos actitudes que nos lleven a solidarizarnos más con las necesidades de quienes viven a nuestro lado?
Oremos:
Abre, Señor, nuestro corazón a la escucha de tu Palabra, para que desde ella sepamos reconocer las necesidades de quienes viven a nuestro lado. Afina nuestros oídos para aprender a amar y entregarnos a los demás como tú. Amén.
Recordemos:
Cuando escuchamos con el corazón las necesidades de los demás, reconocemos la mejor manera para salir a su encuentro.
Actuemos:
Escuchemos con atención en este día a nuestros seres queridos. Dediquemos tiempo para dialogar y compartir con ellos.
Profundicemos:
La escucha es una de las actitudes que podemos cultivar en casa con los más pequeños de manera clara y divertida (Libro: Joaquín, el parlanchín).