“Él debe crecer y yo disminuir” (Jn 3, 30)
Hoy el evangelio nos presenta una discusión entre los discípulos de Juan el Bautista y un judío en torno a los baños de purificación. Discusión que lleva a los discípulos de Juan a preguntar a su maestro por la validez del bautismo de Jesús en relación con el suyo: “Oye, maestro, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, el hombre a favor del cual tú diste testimonio, también está bautizando, y todos se van a donde él”. Juan consciente de su papel como testigo de la luz y precursor del Mesías ayuda a sus discípulos a comprender el lugar que él ocupa dentro del plan de salvación de Dios: “El que se casa con la novia es el novio. Lo que hace el amigo del novio, que lo acompaña como testigo, es alegrarse cuando lo siente llegar. Por eso ahora mi alegría es completa. Él debe crecer y yo disminuir”. Pidamos al Señor, en este día, que al igual que Juan nosotros aprendamos a darle mayor espacio en nuestra vida, para dejar que él crezca cada vez más en nosotros y nos lleve a testimoniar sus enseñanzas.
Reflexionemos:
¿Qué espacio damos a Dios en nuestra vida?, ¿cómo podemos invitarlo a caminar a nuestro lado en este nuevo año?
Oremos:
Danos, Señor, la capacidad de aprender como Juan, a darte mayor espacio en nuestra vida. A disminuir nuestros egoísmos o intereses personales para abrirnos a tu gracia y experimentar a lo largo de este año la manifestación de tu amor. Amén.
Recordemos:
Damos mayor espacio a Jesús en nuestra vida cuando dejamos que él la guíe y la fecunde con su Palabra.
Actuemos:
En el examen de conciencia de este día, presentemos al Señor, aquellas actitudes personales que no dejan que él crezca en nuestro corazón.
Profundicemos:
Dar mayor espacio a Dios en nuestra vida exige de nuestra parte humildad para reconocer nuestra pequeñez y dejarnos conducir por los valores de su Palabra (Libro: Inteligencia espiritual. Meditaciones integrales y prácticas para la vida).