“El celo por tu casa me devorará”
(Jn 2, 14)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Hoy recordamos como Iglesia la fiesta de la Dedicación de la Basílica de Letrán, la primera basílica de la Iglesia católica. Por eso, el evangelio nos lleva a reconocer la necesidad de Jesús de reafirmar el Templo como lugar de encuentro y oración, en contraposición a la actividad comercial que los judíos habían propiciado en él, a través de la venta de animales para los sacrificios: “¡No sigan haciendo de la casa de mi Padre un mercado!”. Tal vez hoy nuestros templos parroquiales también han perdido su razón de ser, privilegiando otros intereses menos el encuentro con Dios. Pidamos al Señor, la gracia de hacer de nuestros templos, lugares vivos que propicien la oración y el encuentro con Dios en la comunión y el servicio a los hermanos.
Reflexionemos: ¿Hacemos de la casa de Dios un lugar de oración?, ¿Cómo podemos hacer de nuestros templos parroquiales verdaderos lugares de fe?
Oremos: Ayúdanos, Señor, a valorar y cuidar mucho más nuestros templos parroquiales. A hacer de ellos verdaderos lugares de encuentro y comunión. Amén.
Recordemos: Los templos físicos son espacios que nos permiten encontrarnos con Dios a través de la oración y la comunión de vida con nuestros hermanos. Amén.
Actuemos: Visitemos en esta jornada nuestro templo parroquial y agradezcamos a Dios por el espacio de oración y de compartir fraterno que nos regala a través de él.
Profundicemos: La oración es la linfa que alimenta y da sentido a nuestra vida espiritual (Libro: Climas de oración).