“Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer»
(Lc 17, 10)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
En el evangelio de hoy Jesús nos invita a reconocernos siervos que cumplen con amor y alegría sus deberes. Siervos que muchas veces no son reconocidos por su labor, sus afanes, sus cansancios, sus aportes o su entrega, pero que guardan en su corazón la alegría de la tarea realizada: “Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer”. Pidamos al Señor, en este día la capacidad de aprender a realizar con amor y humildad nuestros deberes cotidianos, sin buscar reconocimientos sino la alegría de hacer de nuestro trabajo y de nuestros esfuerzos cotidianos, un servicio útil para los demás.
Reflexionemos: ¿Hacemos con amor y espíritu de servicio nuestras labores cotidianas?, ¿buscamos ser reconocidos por lo que hacemos?
Oremos: Enséñanos, Señor, a vivir con amor y gratuidad nuestras labores cotidianas, y reconocer en ellas, una valiosa oportunidad de servir. Amén.
Recordemos: El servicio vivido con amor llena nuestra vida de amor y gratuidad.
Actuemos: Hagamos de las labores cotidianas de este día, una valiosa oportunidad para servir a quienes nos rodean, y comunicarles el rostro amoroso de Dios.
Profundicemos: San José nos enseña a vivir con gratuidad y espíritu de servicio nuestro trabajo y labores cotidianas (Libro: Consagración a Jesús por san José).