“Si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: ‘lo siento’, lo perdonarás”
(Lc 17, 4)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
El evangelio de hoy nos invita a reconocer como el perdón es una actitud que necesitamos cultivar cada día con nuestros hermanos, ya que cada uno de nosotros no está exento de equivocarse o herir la susceptibilidad de los demás: “Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: ‘lo siento’, lo perdonarás”. Igualmente, como seres humanos necesitamos también experimentar el perdón de quienes nos rodean. Pidamos al Señor, en este día la gracia de abrir nuestra vida cada vez más al perdón, aun cuando se traten de circunstancias que nos sobrepasan. Que amparados por la experiencia de perdón que recibimos de Dios, podamos también disponer siempre nuestro ser a perdonar a quienes nos agravian.
Reflexionemos: ¿Somos capaces de perdonar a los demás?, ¿Qué experimentamos cuando somos perdonados por Dios o por nuestros hermanos?
Oremos: Enséñanos, Señor, a hacer del perdón un estilo de vida que nos lleve a acoger los defectos de los demás y perdonar sus faltas. Amén.
Recordemos: El perdón nos hace personas libres y misericordiosas.
Actuemos: Aprovechemos esta jornada para pedir perdón a quienes hemos ofendido o perdonar a quienes nos han maltratado.
Profundicemos: El perdón nos abre al reconocimiento de nuestra propia fragilidad en quienes nos rodean (Libro: El perdón sana y libera).
