“El Espíritu de su Padre hablará por ustedes”
(Mt 10, 20)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Seguir a Jesús implica asumir el riesgo de ser diferente, ser señalado o criticado por los demás, por poner en práctica una serie de valores y enseñanzas diferentes a aquellas que nos enseña la sociedad actual. De allí, que en el evangelio de hoy, Jesús nos recuerde la importancia de confiarnos siempre a la acción del Espíritu Santo y dejar que sea Él, quien fortalezca y conduzca nuestros pasos: “Cuando los arresten, no se preocupen de lo que van a decir o de cómo lo dirán: en su momento se les sugerirá lo que tienen que decir; no serán ustedes los que hablen, el Espíritu de su Padre hablará por ustedes”. Pidamos en este día al Señor, la gracia de aprender a contar siempre con el Espíritu Santo, escuchar sus inspiraciones y dejarnos conducir por él. Solo así podremos hacer frente a los desafíos y contrariedades que la vida y el seguimiento de Jesús a diario nos presentan.
Reflexionemos: ¿Invocamos cada día la presencia del Espíritu Santo?, ¿cómo podemos acrecentar mucho más nuestra relación con él?
Oremos: Espíritu Santo, abre nuestra mente, nuestro corazón y nuestra voluntad para saber reconocer tu presencia cada día. Enséñanos a escucharte y contar siempre contigo. Amén.
Recordemos: El Espíritu Santo es quien nos ayuda a comprender mejor las cosas de Dios, conocerlo, amarlo y seguirlo.
Actuemos: Invoquemos en este día la presencia del Espíritu Santo y pidámosle la gracia de aprender a caminar cada día con él.
Profundicemos: El Espíritu Santo es quien tiene la gran tarea de formar a Dios en nosotros. Conocer mucho más sobre su acción en nuestra vida, nos ayudará a unir mucho más nuestra vida a él (Libro: 50 preguntas y respuestas sobre el Espíritu Santo).