7 de noviembre

Sal por los caminos y sederos, e insísteles hasta que entren y se llene mi casa

(Lc 14, 15-24)

 

En el evangelio hoy gira en torno a la mesa, Jesús presenta otra parábola en donde un hombre ofrece un banquete y sus invitados presentan excusas para no asistir perdiéndose así del gran banquete ya preparado. Al traer la Palabra del Señor a nuestra realidad podemos ver como en muchas ocasiones el Señor nos presenta situaciones únicas para vivir un verdaderamente un encuentro con él y nosotros por el corre corre del día, por los otros compromisos lo dejamos de lado. Muchas veces somos como aquellos invitados que ponemos mil y una excusan para no sacar un espacio para el Señor o en el peor de los casos lo dejamos en el último lugar justificando que no necesitamos de él.

 

Reflexionemos: En este día estamos invitados a preguntarnos ¿Qué lugar ocupa el Señor en mi vida? ¿Saco tiempo para el encuentro personal con Dios?

 

Oremos: Señor dame la gracia de reconocer tu presencia en todo lo que vivo a diario. Quiero aprender a confiar más en ti, alimentarme de tus enseñanzas y darte el primer lugar en mi existencia. Amén.

 

Actuemos: En este día vamos a sacar un espacio de nuestra jornada para agradecer a Dios por todo los que nos regala día a día. 

 

Recordemos: Sal por los caminos y senderos, e insísteles hasta que entren y se llene mi casa”. 

 

Profundicemos: “La virtud de la esperanza nos da tanta fuerza para caminar en la vida» Papa Francisco

 

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