“Muchos acompañaban a Jesús por el camino”
(Lc 14, 25)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
El evangelio de este domingo nos ayuda a comprender que seguir a Jesús es una elección que requiere determinación, valor y confianza, por las grandes implicaciones que tiene: “El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser discípulo mío”. Sin embargo, no debe asustarnos dicha radicalidad del seguimiento que Jesús nos comunica en su Evangelio, sino que por el contrario constituye una valiosa oportunidad para elegir aquello que verdaderamente da sentido a nuestra existencia, dejar de lado nuestros egoísmos y abrirnos a una vida centrada en Dios y en los hermanos. Pidamos al Señor, en esta nueva semana que empezamos la gracia de aprender a reconocer en la renuncia de nuestros intereses y seguridades, el camino auténtico de nuestra felicidad. Solo así, podremos ser auténticos discípulos suyos y no ser solo uno entre tantos, que lo siguen en el camino.
Reflexionemos: ¿Cómo queremos seguir a Jesús de ahora en adelante?, ¿qué necesitamos dejar atrás para seguirlo con mayor apertura y disponibilidad?
Oremos: Señor, Jesús, queremos seguirte de cerca y comprometernos contigo. Ayúdanos a no tener miedo a dejar de lado nuestras comodidades y egoísmos. Amén.
Recordemos: Seguir a Jesús nos hace personas libres y generosas.
Actuemos: Entreguemos al Señor en esta jornada aquellos intereses personales o comodidades que nos impiden seguirlo con mayor disponibilidad.
Profundicemos: Seguir a Jesús es una experiencia fascinante que hace más auténtica y feliz nuestra existencia (Libro: Seguir a Jesús sin volverte un marciano).