“Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”
(Mc 12, 13-17)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Para responder a la argucia de los fariseos y los herodianos, Jesús les pide que le muestren un denario, moneda romana que suelen usar. De esa forma, saca a la luz su hipocresía. Esa moneda contenía una imagen del César (el emperador romano), que se consideraba un ser divino. Eso chocaba con la ley que prohibía la idolatría. Pero Jesús no evade la pregunta sino que busca demostrar qué le pertenece a Dios y qué le pertenece al César. La soberanía absoluta de Dios está por encima de todo lo creado, incluido los poderes de este mundo. Estos deben orientarse a Él, pues, de lo contrario, pierden su legitimidad, y Dios los derriba (cf. Lc 1, 52).
Tomado de: La Palabra, Pan de vida. Comentario al Evangelio diario 2024, Paulinas – Comentarios: Raúl Enrique Castro Chambi, S.J. y Carlos Cardó, S.J.
Preguntemos: ¿Soy un buen cristiano y honesto como ciudadano? ¿Cumplo con mis deberes para con la sociedad y para los demás?
Oremos: Señor, que cada día y en cada momento pueda apreciar el amor, la sinceridad, la humildad, la sabiduría y la fidelidad que me tienes. Te pido que me guíes y estés presente en mis acciones y decisiones. Amén.
Actuemos: Cuando tenemos la actitud y tomamos acciones que ayudan a favorecernos entre todos como Dios lo pide, entonces estamos en el camino correcto.
Recordemos: “Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Profundicemos: El maestro de Galilea se sirve de la pregunta que le hicieron para hablar de Dios y de su reinado, porque la vida de fe y de seguimiento del discípulo es inseparable de su buena conducta. Velar por el bien común es un modo de construir una sociedad más justa y solidaria.
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