“Al Hijo del hombre lo van a entregar. Les daba miedo preguntarle sobre el asunto»
(Lc 9, 43b-45)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Hoy la Iglesia recuerda a San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia, reconocido por su dedicación a la traducción de la Sagrada Escritura del hebreo al latín, llamada la Vulgata. Gracias a éste hombre que fue instrumento en las manos de Dios, la Palabra de Dios pudo ser leída y comprendida también en un lenguaje latino.
Queridos amigos, hoy el Evangelio de Lucas nos presenta el segundo anuncio de la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Jesús dijo a sus discípulos: “Métanse bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres”. Una declaración que resulta incomprensible para los discípulos, ya que han caminado con el Maestro de Galilea y han sido testigos de muchos signos y prodigios realizados por El; por eso temerosos ante lo que acaban de escuchar optan por guardar silencio, no le preguntan nada y prefieren permanecer en la ignorancia. Ellos veían en Jesús al Mesías salvador pero desde una lógica puramente humana, mientras que Jesús confiando en la bondad infinita del Padre llega al momento culmen de su misión de asumir la cruz como un gesto de amor.
Reflexionemos: Morir es una condición indispensable para alcanzar la vida verdadera, pero también es un misterio que nos da miedo, ¿desde mi experiencia de fe, soy de los que pido a Dios la gracia de estar preparado espiritualmente para acoger el momento del encuentro definitivo o pido la paz de corazón cuando debo despedir a un ser querido?
Oremos: Señor, Dios de misericordia enséñame a entender que en los momentos de prueba tu amor es mi fuerza y que nada ni nadie me puede separar de tu presencia. Amén.
Actuemos: Oración más constante para abrirme al don de Dios.
Recordemos: “Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres”.
Profundicemos: Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte y sacó a la luz la vida, por medio del Evangelio.
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