“Quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado”
(Lc 10, 16)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
Llegamos hoy al final del mes de septiembre. Un mes que nos ha permitido contemplar y orar más de cerca con la Palabra de Dios y reconocer la importancia que tiene en nuestra vida. Por eso, hoy en la memoria litúrgica de san Jerónimo de Estridón, a quien le debemos la traducción de la Biblia del hebreo y del griego al latín, pidamos al Señor, la gracia de aprender a reconocer los milagros que obra a diario en nuestra existencia a través de sus enseñanzas. De no cerrarnos como los habitantes de Corozaín y Betsaida, a quienes Jesús critica fuertemente en el evangelio de hoy, a los llamados de conversión que este mes de la Biblia ha dejado en nuestro corazón. Que renovados por la fuerza y la luz de la Palabra, sigamos nuestro camino con fe, valor y esperanza.
Reflexionemos: ¿Qué llamados nos deja este mes de la Biblia?, ¿cómo podemos continuar fortaleciendo nuestra relación con la Palabra de Dios?
Oremos: Afianza, Señor, en nuestro corazón el amor y el interés por tu Palabra. Que ella sea la brújula que guie siempre nuestras acciones y proyectos. Amén.
Recordemos: La Palabra de Dios siempre algo nuevo que enseñarnos.
Actuemos: Escribamos en este día un compromiso concreto para continuar profundizando nuestra relación con la Palabra de Dios.
Profundicemos: La liturgia nos ofrece cada día la valiosa oportunidad de llenarnos de la Palabra de Dios y alimentar nuestra experiencia de fe (Libro: A la escuela del maestro 2023).