“Tomó la decisión de ir a Jerusalén” (Lc 9, 51)
Hoy Jesús decide ir a Jerusalén y al pasar por una de las aldeas de Samaría para alojarse junto a sus discípulos, no son acogidos. Esto en gran medida por ser judíos y dirigirse a la ciudad santa. Rechazo que conmociona a los discípulos al punto de querer vengarse: “Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?”. Jesús reprueba su actitud para mostrar que la violencia no forma parte de sus enseñanzas, sino el amor y la misericordia, incluso con los enemigos. Tal vez como los discípulos, cuando somos rechazados o maltratados por los demás reaccionamos de manera violenta y nos cuesta acoger o perdonar las faltas de los demás. Pidamos al Señor, en este día la capacidad de aprender a ser tolerantes y misericordiosos con todos aquellos que vivimos dificultades. Que en lugar de reaccionar de la misma manera como nos ofenden, demos paso al diálogo, al respeto y a la misericordia.
Reflexionemos:
¿Cómo reaccionamos ante los rechazos?, ¿cómo podemos ser más tolerantes y bondadosos con quienes tenemos dificultades?
Oremos:
Enséñanos, Señor, a ser más tolerantes y misericordiosos con quienes nos ofenden. Ayúdanos a comprenderlos, buscar el diálogo y la mejor manera de superar las dificultades. Amén.
Recordemos:
Jesús nos invita a reaccionar de manera misericordiosa ante los rechazos.
Actuemos:
Revisemos en esta jornada la manera como reaccionamos ante los rechazos de los demás y pidamos al Señor la gracia aprender a ser más misericordiosos.
Profundicemos:
Los santos fueron hombres y mujeres de carne y hueso como nosotros. Gracias a su fe en Jesús aprendieron a hacer de la misericordia un estilo de vida (Libro: Los santos de cada día 2).