27 de agosto

Escucha La Palabra de Dios para cada día

 

Primera Lectura

Lectura del libro de Isaías 22, 19-23

Profecía del Señor para Sebná, superintendente del palacio: “Voy a retirarte de tu puesto destituyéndote del cargo que tienes. Y ese mismo día llamaré a mi servidor Eliaquim hijo de Hilquías, y le pondré las insignias que tú llevas, la túnica y la banda, y le daré la autoridad que tienes. Él será un padre para la población de Jerusalén, y de todo Judá. Le encomendaré la llave del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá. Voy a plantarlo como pilar en suelo firme y a dar así una sede gloriosa a su linaje”.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

 

Salmo responsorial 137, 1-3. 6. 8bc

R. Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque escuchaste las palabras de mi boca; delante de los ángeles cantaré para ti; me postraré hacia tu santuario / R.

Daré gracias a tu nombre: por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa supera tu fama. Cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma / R.

El Señor es sublime, se fija en el humilde, y de lejos conoce al soberbio. Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos /

Segunda Lectura

Lectura de la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 11, 33-36

 ¡Qué abismo el de la generosidad, de la sabiduría y de la providencia de Dios! ¡Qué insondables son sus juicios y qué insospechables sus caminos! ¿Quién ha penetrado la mente del Señor? ¿Quién ha sido jamás su consejero? ¿Quién le dio primero a Él, para exigir que le devuelva? Pues todo viene de Él y subsiste por Él y es para Él. A Él la gloria por toda la eternidad. Amén.

L: Palabra de Dios

T: Te alabamos, Señor

Aclamación antes del Evangelio (Mt 16, 18)

Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y ni el reino de la muerte la derrotará.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-20

“Tú eres Pedro”. “Yo te daré las llaves del reino de los cielos”

Yendo Jesús de camino a la región de Cesarea de Filipo, les preguntó a sus discípulos: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?”. Ellos respondieron: “Unos dicen que Juan el Bautista, otros dicen que Elías y otros que Jeremías o alguno de los profetas”. Él les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. Simón Pedro le contestó: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Jesús le dijo: “¡Dichoso tú, Simón hijo de Jonás!, porque eso no te lo reveló la naturaleza humana sino mi Padre que está en el cielo. Y yo a mi vez te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y ni el reino de la muerte la derrotará. Yo te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”. Entonces les mandó a los discípulos que no dijeran a nadie que Él era el Mesías.

S: Palabra del Señor                                     

T: Gloria a ti, Señor Jesús

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