25 de julio

 

“¿Con qué vamos a comprar pan para que esta gente coma?” (Jn 6, 5)

 

El evangelio de este XVII Domingo del Tiempo Ordinario nos lleva con Jesús, sus discípulos y la multitud a la montaña, en la proximidad de la Pascua, para ser testigos del gran milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Jesús al ver la gran cantidad de personas que habían llegado para escuchar sus enseñanzas, pregunta intencionalmente a Felipe sobre la manera de alimentarlos. Felipe sorprendido ante la petición de Jesús, le dice que lo poco que tienen no es suficiente para tanta gente. Andrés al percibir la situación, informa de la presencia de un joven que tiene cinco panes y dos peces, pero a su vez exclama: ¿Qué ese esto para tanta gente?”. Jesús pide a sus discípulos que hagan sentar a las personas mientras “tomó los panes, dio gracias a Dios y les repartió pan y pescado cuanto quisieron”. Como Andrés nosotros también podemos llegar a pensar que los cinco panes y los dos panes que tenemos no son suficientes para calmar el hambre y las necesidades de tantas personas hoy. Sin embargo, Jesús con el milagro de la multiplicación nos enseña que Dios bendice lo mucho o lo poco que tenemos, es decir, nuestras capacidades, cualidades, posibilidades, para ayudar a los demás. Así mismo, se vale de ellas, para hacer su obra. Jesús nos enseña que el verdadero milagro radica en aprender a compartir aquello que tenemos sea mucho o poco.

 

Reflexionemos:

¿Cuáles son los cinco panes y los dos peces que podemos compartir con los demás?, ¿cómo podemos salir al encuentro de las necesidades de las personas hoy?

 

Oremos:

Ayúdanos, Señor, a reconocer que siempre tenemos algo que dar o compartir con quienes compartimos a diario. Danos la capacidad de salir cada vez más de nosotros mismos, para ir a su encuentro. Amén.

 

Recordemos:

Siempre tenemos algo para dar y ayudar a los demás.

 

Actuemos:

Apoyemos en esta jornada, a alguna persona que esté pasando por alguna necesidad espiritual o material.

 

Profundicemos:

La vida de San Damián nos enseña que siempre como seres humanos tenemos muchos dones y cualidades que podemos poner al servicio de los más necesitados (Libro: San Damián de Molokai. Apóstol de los leprosos).

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

¿Requiere asesoria? Activar chat