“Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda”
(Mt 20, 21)
Permitamos que la Palabra de Dios toque nuestra vida
En este día en que celebramos la fiesta de Santiago apóstol, el evangelio nos recuerda la importancia de servir con gratuidad y generosidad a quienes nos rodean. Invitación que choca con la lógica materialista de nuestra sociedad actual, en la que el poder y el reconocimiento ocupan el primer lugar: “Saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre ustedes: el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor”. Pidamos al Señor, en este día, la gracia de aprender a hacer del servicio un estilo de vida, que nos lleva a encontrar en la entrega generosa a las personas que nos rodean, la realización personal que como seres humanos buscamos, y la alegría de poner en común aquello que somos y tenemos.
Reflexionemos: ¿Somos personas generosas y serviciales?, ¿buscamos ser reconocidos por lo que hacemos o tenemos?
Oremos: Purifica, nuestro corazón, Señor, de todo aquello que nos lleva a buscar poder o reconocimiento de los demás. Que de tu mano, aprendamos a servir con gratuidad y alegría. Amén.
Recordemos: El servicio nos enseña que lo mejor que podemos dar a los demás, somos nosotros mismos.
Actuemos: Sirvamos en este día con alegría a alguna persona que conozcamos y pase por alguna necesidad.
Profundicemos: San José nos enseña a través de su vida la manera de ser serviciales y disponibles para Dios (Libro: Consagración a Jesús por san José).