“Sepan que esa pobre viuda ha echado más que nadie porque ella que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir”. (Lc 21, 4)
Hoy el evangelio nos invita a comprender cómo Jesús mira a las personas, y qué es lo que más valora en nuestra vida, escuchemos: Alzando los ojos, Jesús vio unos ricos que echaban donativos en el arca de las ofrendas; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo: “Sepan que esa pobre viuda ha echado más que nadie porque ella que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir”.
Jesús, que lee lo que hay en el corazón, vio que la viuda con su pequeña ofrenda, daba todo lo que tenía para vivir; y admirado por su gesto humilde y generoso, hizo notar a sus discípulos que ella había donado más que todos. Dios nunca se queda en la apariencia, mira el corazón y recompensa solo lo que se hace por amor.
Reflexionemos:
A la luz de la palabra del Señor me pregunto: ¿Lo que me mueve a hacer el bien es el amor o alimento en mi corazón intereses egoístas? Hermano, hermana, cuidemos las intenciones del corazón, no sea que nuestros y esfuerzos y fatigas sean inútiles.
Oremos:
Señor, tú que sondeas las intenciones del corazón, purifícanos de intereses egoístas, para que nuestro trabajo por humilde que sea contribuya en la construcción de un mundo más humano y fraterno. Danos un corazón manso y generoso como el tuyo. Amén
Recordemos:
“Cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha… Y tu padre que ve en lo secreto te recompensará” Mateo 6,16
Actuemos:
Hoy trataré de estar atento a las necesidades de las personas que encuentre para expresarle el amor del Señor.
Profundicemos:
Todo lo que diste de corazón y con sinceridad regresa a ti con mayor proporción. No importa cómo te lo han pagado, la recompensa viene de arriba
(Libro: “Misericordia y paz” Papa Francisco ).