“Una vez bautizado Jesús, el Espíritu lo movió a ir al desierto” (Mc 1, 12)
Llegamos hoy al Primer Domingo de Cuaresma y el evangelio nos lleva al desierto junto a Jesús para purificar nuestro corazón. Dentro de la tradición bíblica el desierto era el lugar de la prueba, de la tentación, de la purificación, del despojo, de volver a lo esencial. Lugar en el que los israelitas caminaron por muchos años y en el que Jesús es llevado por el Espíritu al inicio de su vida pública para clarificar sus intenciones y mostrar la centralidad de su vida en Dios. Así mismo, cada uno de nosotros al comenzar este tiempo de cuaresma está llamado a realizar esta peregrinación de cuarenta días por el desierto, para desnudar nuestro corazón de las intenciones que lo mueven, para reconocer nuestra necesidad de Dios y darle la centralidad que merece en nuestra vida. Descalcemos hoy nuestro corazón y dejémonos conducir por el Espíritu al encuentro con nuestra fragilidad personal, con las realidades que nos desafían y con las verdaderas intenciones que nos unen a Dios. Pongamos en práctica en este día la actitud del despojo.
Actitud: Despojo.
Reflexionemos:
¿Cómo estamos dispuestos a vivir nuestra peregrinación por el desierto?, ¿qué actitudes necesitamos privilegiar para caminar en él?
Oremos:
Llévanos, Señor, de tu mano al desierto de nuestra vida para purificar las intenciones que mueven nuestro corazón. Que no temamos ver nuestras fragilidades o realidades de pecado, ni despojarnos de todo aquello que nos impide verte, escucharte y darte el primer lugar. Amén.
Recordemos:
El desierto es el lugar de la escucha y el encuentro que nos ayuda a reconocer nuestras intenciones y orientarlas de nuevo a Dios.
Actuemos:
Presentemos al Señor, en la oración de este día, aquellas actitudes personales que nos impiden ir al desierto para encontrarnos con él.
Profundicemos:
Ir al desierto requiere desnudar nuestro corazón para encontrarnos realmente con Dios. Despojarnos de nuestro temor a vernos tal como somos (Libro: Cómo vivir la cuaresma y la Semana Santa).